domingo, 12 de septiembre de 2010

"Blanco omega" 3x01 - Asuntos personales





Son las 21.30 horas de la noche. Domingo. Nos encontramos en el circuito valenciano de Cheste, que
ha sido tomado, por la fuerza, por varios terroristas miembros del grupo radical FUERZA SUPREMA.
Como todos saben éste es un peligroso grupo terrorista que proclama la supremacía de la raza
blanca por encima de las demás razas. 
Tomaron el velódromo a las 17:00 horas de la tarde. En un principio de exigieron nada, se limitaron
a separar a los rehenes en dos grupos étnicos diferenciados, blancos y no blancos o escoria, como
les gusta decir a ellos. 
Entre los no blancos se encuentra Daniel Díaz, peruano, aunque ha vivido tantos años en España
que ya se considera uno de nosotros, pero para estos asesinos racistas siempre será un sudaca, un
extranjero. Pero, ¿qué tiene de especial este hombre? Fácil, este hombre es el padre del único y
genuino héroe valenciano, es el Padre de Aitor Daniel Díaz Ortega, nombre clave, Blanco Omega,
pero él aún no lo sabe. Pero puede que eso cambie hoy…
-¡Vamos, escoria, moveros! –A empujones, los rehenes son conducidos al hall del complejo
automovilístico y obligados a tumbarse en el duro suelo en espera de lo que sus captores decidan
hacer con ellos.
Otro de los secuestradores se aparta de sus compañeros y, sacando un radio transmisor, inicia
comunicación con las fuerzas del orden.
-Les habla el Agente Blanco. Esto es un comunicado a todos los miembros de la Policía de la ciudad
de Valencia. Escuchen con atención. Estas son nuestras peticiones, de no ser cumplidas, mataremos a
un rehén cada media hora sin importar que sea hombre, mujer o niño. Queremos la liberación
inminente e incondicional de todos los miembros de FUERZA SUPREMA que se encuentran ahora mismo en
prisión. Queremos un vehículo sin manipular a las puertas del circuito de carreras de Cheste y
tres millones de euros en billetes sin marcar. Tienen una hora para cumplir estas peticiones antes
de que hagamos efectivas nuestras amenazas. Es todo.
Mientras esto ocurre, en un piso de Torrente, propiedad de Manoli Ortega…:
-Papá iba a ir hoy a ver el espectáculo, ¿verdad? –Aitor Daniel se levanta de la silla tras
terminar de cenar, y se concentra un instante, mutando sus ropas de calle por su traje de batalla.
Él y su madre han estado siguiendo las noticias con expectación, esperando el momento propicio
para actuar.
-Sí, creo que sí –su madre sale del pequeño comedor, volviendo poco después con la chaqueta y
los guantes que completan el equipo de su hijo-. ¿Se lo vas a contar hoy?
-No sé, ya veremos –el joven da un beso a su madre y sale de su casa como tantas otras veces, por
la ventana de su dormitorio, poniendo rumbo a toda velocidad hacia el circuito de Cheste.
Menos de cinco minutos después, todo se complica para los terroristas…:
Primero: Todos los criminales, sin saber cómo, son desarmados a la velocidad del rayo por un veloz
y furioso Blanco Omega…
Segundo: Todos los criminales son noqueados por el héroe torrentino, con una rápida sucesión de
golpes bien lanzados.
Tercero: Los cabecillas de la operación son entregados a las autoridades y puestos a disposición
judicial. Todo ello en menos de cinco minutos. Todo sin pérdida de vidas humanas.
Una vez todo ha terminado, Blanco Omega se dispone a volver a su casa, cuando, una voz suena a su
espalda.
-¡Espera, chico! –Es su padre el que habla.
-Hola…
-¿Aitor Daniel, eres tú? –Daniel Díaz se acerca al joven y, tomándole la cara entre las manos,
lo mira fijamente a los ojos.
-Sí, papá… Soy yo… 
-¿Desde cuándo? ¿Lo sabe tu madre?
-Desde hace casi un año, y sí, mamá lo sabe…
-¿Y, cuándo pensabas decírmelo a mí?
-No lo sé. Pensaba decírtelo, pero no sé cuándo.
-¿Por qué, Aitor Daniel? 
-No lo sé, papá… ¿Por qué dejaste a mamá tirada con un niño pequeño que criar? –Tras
estas palabras, Blanco Omega se eleva en el cielo nocturno-. Tranquilo, papá, puede que olvides
todo esto, pero eso no lo decido yo.
-¡Aitooor, vuelve, soy tu padre, te lo ordeno! –Y Daniel queda gritando al negro cielo de la
noche de Cheste, mientras su hijo se aleja volando a gran velocidad.

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